
Según el Observatorio Sectorial DBK de Informa, la facturación agregada de las cuarenta principales sociedades inmobiliarias se situó en 9.822 millones de euros en 2018, lo que supuso un 11% más que en 2017, año en el que esta cifra alcanzó un crecimiento del 19%.
El negocio inmobiliario mantuvo en 2018 la tendencia ascendente de los ejercicios precedentes, si bien los principales indicadores crecieron a un ritmo algo inferior como consecuencia de la moderada desaceleración económica y de la incertidumbre en el escenario político a escala nacional e internacional.
En cuanto al valor de la producción en el sector de la construcción, en 2018 el conjunto de la edificación creció un 9,8%, destaca la edificación residencial, con un 11,8%. Cabe señalar que el número provisional de viviendas iniciadas se cifró en 95.000, un 17% más que en 2017.
La edificación no residencial experimentó un comportamiento positivo, con un incremento del valor de los trabajos realizados del 8,2% en 2018. La superficie de visados de obra nueva aumentó un 24,5%, hasta los 5,27 millones de metros cuadrados. La evolución de los mercados de oficinas en Madrid y Barcelona fue positiva, con una subida de la demanda en las mejores localizaciones.
El sector se caracteriza por una fuerte atomización de la oferta, cuenta con un alto número de empresas de pequeño tamaño. En enero de 2018 estaban inscritas en los epígrafes correspondientes al sector inmobiliario de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) cerca de 195.000 sociedades, de las que el 96% tenían menos de tres empleados (incluyendo empresas sin asalariados), mientras que solo 101 compañías contaban con 50 o más en plantilla.
En el último año se han materializado nuevas operaciones corporativas con especial protagonismo de las sociedades cotizadas de inversión en activos inmobiliarios y los fondos de inversión, los cuales continúan potenciando su negocio en el área de arrendamiento de inmuebles.